MADELEINE PEYROUX

Presenta su disco: “Keep Me In Your Heart for A While- The Best of Madeleine Peyroux”.

Formación:

Madeleine Peyroux: voz y guitarra // Jon Herington: guitarra // Barak Mori: contrabajo

“Lo único que importa es la canción” dice la cantautora Madeleine Peyroux. Una convicción que unida a su voz única ha llevado a esta exitosa artista de las calles de París al estrellato.

16 años después de su debut con “Dreamland”, no es difícil ver que la mezcla de jazz y pop de Peyroux continúa estremeciendo al mundo de la música.

A través de seis celebrados álbums, la estrella más brillante del jazz se ha ganado una reputación por su impecable elección de material, por crear un genuino interés y anticipación por sus materiales no sólo de sus fans, también de la industria musical. Prestando su seductora y expresiva voz a los clásicos y a las melodías modernas, Peyroux ha dejado su marca como una intérprete misteriosa y profunda.

Madeleine Peyroux, una cantautora, guitarrista y sobre todo espíritu libre, comenzó su aventura musical cuando era adolescente en París. La joven de 15 años dejó la escuela para unirse a una banda itinerante de jazz y blues. “Alguien me pasó algunos de las primeras grabaciones de Billie Holiday y me dijo que me aprendiera las canciones”.

Con mucha determinación, Peyroux consiguió hacerse del tono elegido, del fraseo, la melodía y hasta con el poder de la presencia de la icónica artista. “Fue aprendiendo a imitar a Billie Holiday que empecé a aprender a escucharme a mí misma”, explica.

Años después, Atlantic Records descubrió su indudable talento en un club de Nueva York. Yves Beauvais la fichó y coprodujo “Dreamland”, su álbum debut, en 1996. Peyroux logró seducir a críticos y público con su voz aterciopelada, pero “Careless Love” publicado en el 2004, marcó un cambio definitivo en su carrera. Este disco la llevó a la fama y marcó el inicio de su prolífica colaboración con el productor Larry Klein. Peyroux ha viajado un largo camino desde las calles de París hasta las más grandes salas de conciertos y a colaborar con los mejores músicos del mundo. Aun así, cuando otros músicos estarían descansando en sus laureles, Peyroux continúa explorando con audacia nuevo territorios. La encantadora y humilde artista que no soñaba con convertirse en alguien que dejara una marca en el mundo, ha hecho precisamente eso.

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